¿Mantener a las personas fuera o a los robots dentro?

Abordemos primero esta pregunta. En la historia relativamente corta de los robots industriales, el vallado de protección se consideraba principalmente, si no exclusivamente, un medio para mantener a las personas fuera de la zona de peligro. Y con razón. El historial de accidentes de los robots demuestra que las personas se ven golpeadas o lesionadas por robots casi exclusivamente cuando entran en la zona de peligro en la que opera el robot. Esto ocurre bien accidentalmente, porque no hay medidas de protección adecuadas, bien deliberadamente, cuando las personas pasan por alto o manipulan las protecciones.

«¿Está concebido su vallado a prueba de robots?» Muchos se han hecho esa pregunta durante los últimos tres o cinco años. Lanzándonos a la piscina, podríamos responder con otra pregunta: «¿Tienen que serlo?» Prácticamente todo el mundo piensa que sí pero, como suele ser más frecuente, la respuesta depende de las circunstancias.